Archivo por meses: septiembre 2014

Queria decir…

 

Quería decir lo que dice la arena

cuando el agua besa su playa

quería decirlo y me inundaba la pena

mis ojos te gritan lo que mi voz calla.

 

Quería decir lo que dice mi mirada

cuando la tuya mis ojos reflejan

quería decir, y al fin no dije nada

mi alma quiere hablar y mi mente no la deja.

 

Quería decir lo que dicen las ramas

cuando el otoño las deja desnudas

quería recitar la poesía de una cama

donde se hace el amor y no caben las dudas.

 

quería decirlo y lo tuve en los labios

casi me sale del alma, y el miedo,

detuvo mi boca con un gesto sabio

quería decirlo, y quiero, y no puedo.

 

Daylin Horruitiner

Mis razones

Me marche sin despedirme, pero tengo mis razones,

que lejos de arrepentirme me han devuelto el respirar

antes que abran la boca y saquen sus conclusiones

traten de posicionarse un segundo en mi lugar.

Lo se, no es fácil hacerlo, son muy altos mis tacones

y este peso que me toca, no es liviano de llevar

antes de juzgar tan fuerte todas estas decisiones

piensa bien en tus razones que te impulsan al hablar.

Hay gente que nunca supo alcanzarme en mi silencio

que le dio igual dar la espalda mientras moría de la pena

sin embargo ya da igual, no condeno ni sentencio

al que predica una verdad y siempre vive una ajena.

Quien se hizo el extranjero cuando una patria hacía falta,

quien quiso hablar imprudencias sin la verdad conocer

que ahora no quiera llegar, que ésta cerca está muy alta

es que ya no hay tolerancia hacia las ganas de joder.

Espero nunca incomodar con las palabras que digo

pero si llegara a hacerlo, el sueño no me lo quita…

hay gente que ha preferido dormir con el enemigo

porque ríe y se congracia y las verdades no grita.

Yo no vendo mis principios ni subasto el corazón

me desnudo cuando quiero y casi siempre en un poema

para ser yo como soy sobra justificación

el que no lo entienda así, pues es muy, muy su problema.

Daylin Horruitiner

Cien caminos

Cien caminos extraviados para llegar a esta puerta

que abrió sin casi tocar revelando un firmamento

no creo que es casualidad de que me encuentre despierta

ni creo que es la maldad el motor de tal momento.

Cien caminos diseñados para jamás encontrarse

hasta que una madrugada se descubren frente a frente

con las ganas de querer nunca poder separarse

sabiendo que para amarse hay que ser más que valiente.

Navegan contracorriente en opuestas direcciones

llevando consigo sueños y algún factor en común

se abren puertas tras puertas revelando dimensiones

que no ha podido ni querido descifrar alguno aun.

Cien caminos que entre piedras se abren paso hacia el mar

queriendo profundizar sin temerle a la tormenta

por un segundo son uno sin quererse separar

pero un segundo es tan poco, y solo uno no cuenta.

Tantas rutas y venimos a cruzarnos los caminos

frente a una mitad de algo sin saberla completar

no sé cómo ni porque se interrumpen los destinos

no se como descubrirte y poderte descifrar…

Daylin Horruitiner

Desde la profundidad

Milésima de un segundo para enredarme las pestañas
quisiera cortar del mundo cada rincón que me engaña
no lloro por impotencia sino por necesidad
porque para llover los ojos me sobra capacidad.

Admiro y envidio tanto esas alas de coraje
que hacen que vayas y vuelvas prendido de cualquier viaje
las mismas que a mi me cortan con una espada sin filo
y aunque trato de coserlas cada vez hay menos hilo.

Se me ahoga la garganta y se me enfrían las venas
cuando trato de soñar la rutina que envenena
saca una daga filosa y me la clava en el lomo
la vida es una envidiosa que anda con pie de plomo.

No respiro, y se contamina el aire en esta burbuja
puedo ver la superficie, pero el pecho se me estruja,
en esta profundidad solo existe el esperar
a que el oxigeno quiera de nuevo deliberar.

Como una sirena sin cola que a un hipocampo espera
que se monta en una ola y desmaya donde quiera.
No quiero llover sobre el mar, que mi sal no necesita
ni quiero arriesgar a un alma que a duras penas palpita.

Yo no odio, ya ni culpo, hoy simplemente agradezco
porque aunque duela en el alma la verdad tambien merezco
porque me abrieron los ojos a punta de una navaja
ya no gano si me enojo, y ya no apuesto a las barajas.

La guerra nunca se pierde simplemente evoluciona
ya no peleo con las armas que se bien que no funcionan,
y aunque aprieten mis arterias y no pueda respirar
el vuelo al cerrar mis ojos no me lo pueden quitar.

Daylin Horruitiner

Aviones

He venido a ver aviones, llueve.

Hay algo que me hipnotiza al sentarme ante una pista a ver aviones aterrizar y despegar. Es profundamente relajante. Pero la lluvia lo hace mágico, eso me encanta de la lluvia, que puede tornar el momento más común en algo mágico. Un pájaro enorme con alas de metal, que es capaz de remontar el vuelo a pesar de su enorme peso. Con sin igual elegancia, y al parecer sin esfuerzo, se eleva al cielo a besar las nubes y adueñarse del espacio.  

Mientras caen las gotas sobre el vidrio del auto, pienso en el sueño profundo que me invade. Resultado del desvelo por andar volando en los espacios que me presta la noche y no uso para dormir. Y mientras cierro los ojos, aterriza un ave de metal y no puedo evitar pensar en las innumerables historias que trae consigo. En los encuentros que espera, y las despedidas que dejó atrás. En los besos de los amantes que se encuentran en las puertas de abordaje, en las lágrimas de las madres que se despiden de un hijo. Y de pronto, a punto de quedarme dormida, alzo un vuelo imaginario y pienso en la libertad que te caracteriza, y me da miedo. Los aviones fueron creados para volar, y volar solos. Llevan historias, besos, esperanza, y luego se despiden y vuelan a otro rincón del cielo dejando lágrimas y soledad. Y yo de espectadora, porque no se puede negar que es un espectáculo digno de ver.

Por ratos vuelo, y vuelo sola, sin pista para aterrizar. Se me acaba el combustible volando y caigo en cualquier parte, y levanto la mirada, y te veo pasar. Al final, no somos aves de metal. Pero igual venimos cargados de historias. De encuentros, de despedidas, de besos y de lágrimas. Pero igual volamos, y nos elevamos a dimensiones que solo puede alcanzar el que se arriesga a volar sin miedo a caer. Solo lo sabe el que entiende que la sensación de libertad es tan increíblemente gloriosa que vale la pena el golpe para despegar de nuevo luego.

Yo nací siendo gaviota, pero las plumas son frágiles, y poco a poco las alas han ido siendo remplazadas por insertos de metal, no soy un avión, no soy una gaviota, no soy nada de lo que parezco y a la vez soy todo y mucho más. Y me viene a la mente un poema que escribí gracias a una frase prestada de mi amiga Kuky. Y pienso que avión, o gaviota, o papalote, o nube, lo importante es volar. Sentir el cielo, la brisa y no preocuparse por la pista. Volar aunque sea a solas, y aterrizar solo para cargar baterías, combustible, y miradas que te eleven de nuevo al cielo. Volar en el silencio del firmamento, para que otros vean que es posible a pesar de todo besar el cielo, las nubes, y el infinito una y otra vez.

 

Escapar

 

De pie como espectadora

de espaldas al mundo…

 

Frente a un mural de sueños

sostenidos con alfileres

sobre una pared sencilla

donde la realidad muere

 

Con mil posibilidades

y 20 puertas cerradas

creyendo en las novedades

y en los posibles mañanas

 

Salir corriendo, velozmente…

y tirarme de clavado sin pensar

hacia el mar que no pregunta y simplemente

me concede la licencia de soñar.

 

y tomar una navaja artesanal

y rajar el estrellado firmamento

y que caiga una llovizna celestial

y que moje mi pincel por un momento…

 

y marcharme a conquistar el infiníto

despojarme de estas plumas y el disfrás

y dejar la piel al aire, y de un grito

declarar mi esclavitud y libertad.

 

Daylin Horruitiner

2010