Que bonito mundo llevan en los ojos los niños despiertos,
que persiguen alas para remontar el vuelo lejos del desierto.
Ni el mejor diamante en el lugar mas intimo de un volcán herido
comparar su brillo con el de los niños nunca ha conseguido.
La simple inocencia que esconden dormidos en sus dulces sueños
se tira rendida ante la imponencia de sus tiernos dueños.
Los dulces suspiros que al oído son como suave brisa,
se intercalan siempre con algún puchero y una sonrisa.
Se lanzan al mundo a querer vivirlo de un modo distinto
sin saber que pronto serán convertidos en moldes iguales
y que la rutina hace que se muevan solo por instinto,
y que sus ideas, y a veces sus sueños pueden no ser reales.
Que bonito mundo llevan en los ojos los niños despiertos
que aun están salvos de contaminarse con la realidad.
Que triste la escena ver desmoronarse en solo un momento
toda su pureza, su dulce inocencia y creatividad.
Daylin Horruitiner