Borrarme de la tierra, del planeta, de ti, eso quiero,
montarme en algún cometa hacia un mundo de papel
donde me siento a pensar, en vez de sentir que muero
y escribirme en una página de ayer, y del sitio aquel.
Malditas las santas horas en que viene a apoderarse
la obsesión de vomitar los versos como canciones,
exorcizan de mi alma estas ansias de vengarse
que no lo hace por cobarde, pero le sobran razones.
Vuelvo a tragar en seco, y llueve sobre mojado.
Y se posa frente mí la realidad en cuclillas,
decapita con cuchillas mis demonios doblegados
y me concede a tu ego cara a cara, y de rodillas.
Daylin Horruitiner